Observar a través de un objetivo no cambia la vida, pero una se queda con lo que quiere.
Después de pasar unos días en familia, disfrutar y sufrir las carreras, los gritos, las peleas, las tramas, las risas...
Me da por pensar que las cosas no han cambiado tanto: bastan piedras, palos, un par de redes y cubos para meter a los pobres e incautos bichos que se dejan pillar y, tal vez, un mar o un río o una pileta para ser feliz.
Después llegan las responsabilidades, claro, y las malas noticias, esas que de pequeño es imposible calibrar, y se te olvida que la vida son instantes, que la vida es instantánea.
Así que, como digo, lo bueno de mirar a través del objetivo es que, por unos instantes, olvidas lo duro y te quedas con lo más dulce.
Desde aquí envío un beso a Annabel y Jordi que siempre supieron disfrutar de la vida!!
Y cada vez que veamos esas instantáneas, esos momentos robados al tiempo, viajaremos a través de el para revivirlo de una forma incluso más intensa que lo que en su momento fué el presente. Y será más intensa pues dejaremos de lado lo superfluo y cargaremos en lo emotivo, en el alma de cada uno de esos momentos.
ResponderEliminarUn besote