miércoles, 12 de enero de 2011

La inocente ventana indiscreta.

Hace poco una persona comentó -con chiste gráfico de apoyo y todo- los nuevos roles sociales en las obras: las públicas y las privadas. Hasta ahora los más jóvenes se ponían el mono y el casco (el arnés en el caso de los más precavidos) y le daban duro al tema del ladrillo mientras los más mayores se tapaban bien con su bufanda y se ajustaban las gafas para no perder ripio de las labores diarias de los albañiles. El mundo cambia, señores y señoras y ahora el tema es al contrario: los albañiles de 70 años pronto serán una realidad y los jóvenes de 30 (porque, antes no, pero ahora a los 30 se es un pipiolo), con su bocadillo de choped preparado por su madre, analizarán paso a paso los lentos movimientos de los curritos e, incluso, les animarán a continuar cuando las fuerzas flaqueén.
Pues yo llevo unos días, cual si fuera James Stewart con la pierna rota y dirigido por Hitchcock, mirando cómo van las obras que tengo en frente a través del visor. Cámara en ristre y ojo avizor.


Con bastante rubor cada vez que me doy cuenta de que alguno de estos albañiles (de media unos 45 más o menos) mira hacia donde yo estoy...En fin.....cada uno realiza su trabajo: a ellos les pagan y a mí no.
El reto era conseguir una foto que reflejase el avance del trabajo (si me descuido me acaban la obra entera y yo ni me entero!!!!)
El resultado ha sido distinto: después de intentar varios montajes el resultado era siempre muy caótico en una sola foto aunque sí ha sido interesante en un video que es este:



Un resumen en fotos de la jornada de ayer:














...Y prometo dejar de mirar la obra de enfrente de mi casa....me están empezando a entrar malas sensaciones.....brrrrr.....

1 comentario:

  1. Recuerdo que me gustó mucho esa peli, tengo ganas de volver a verla!
    Mola mirar los coches del fondo en el vídeo!

    Besikos!

    ResponderEliminar